Está hervida
ya la sangre
de la lluvia
que me nace por los ojos,
están
dispuestos los hombres
que no me
pertenecen,
las mujeres
que soñaron envejecerme,
los libros que
me maltrataron psicológicamente
hasta esta
decrepitud que no conozco.
Mis manos han
bajado a la tierra,
se ha
desintoxicado la memoria
pero he
quemado el recuerdo en la cuchara,
así como quien
dice que podría redimirse
en una apuesta
hacia la luz cegadora
del espejo.
Cierro la
parte de mi que está difunta,
el vacío que
no llené con letras,
y soy el
animal vilipendiado
que supo
construirse de golpes y mentiras,
por eso quiero
un kilo de puta consentida
en esta lluvia
que aplasta mi conciencia.
Ya no tengo
miedo a tu silencio,
te llevaste
mis poemas contigo
y el poeta se
arrancó sin pensar en el vértigo.
He tenido la
suerte de un teatro contigo,
el año que
vivimos peligrosamente juntos
ha decidido
congelarse en el tiempo
y me he
quitado la camisa de fuerza
y me he dejado
los impulsos en casa.
Abro la parte
de mi que superó los treinta
con la madurez
intacta, con la pasión en ruinas,
cobijo un
verso redentor que ya no ejerce
pero
súbitamente subo por tus labios el primero
y sólo tu boca
está cerrando el verso.
Desde aquí
arriba te devuelvo el medio segundo
que desalojé
del pensamiento hace ya tiempo.
El niño
gigante se ha hecho mayor
y tú has
engullido esta metáfora,
y yo lo he
comprendido todo
mientras me
concluyo y te combato
y te doy las
gracias por abrir aquella puerta.
Tienes en tus
manos la vida que no pude darte,
por favor no
dejes que este tren
también me
escupa en la cara.
Es el final
trágico y soñado que dibujó el poeta,
donde tus ojos
ya se habían consumido
antes del
primer encuentro.
Donde ya te
estaba perdiendo
sin haberte
conocido,
y ya te había
encontrado,
amiga mia,
para mi causa.
excelente poema
ResponderEliminarmuchas gracias!
EliminarEnorme!
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