lunes, 10 de agosto de 2020

ROMANTICIDIO.

 



Ella sufre en alguna parte. Te estoy cuidando, para siempre, de mí. Romanticidio, noches impúdicas como el jarrón roto que ya no se cose. Pilotos de feria y Manolo Tena, los astros y las noches del Carmen en la boca de todas. Yo, desnudo frente al acantilado, sin pausas ni esperanzas cómplices me acuerdo de esas noches solo sin un gramo de maldad... apurándonos, dándonos a la vida en cualquier bar deshilachado del centro, amigas con decoro, pactos súbitos y el verso triste encadenado, vendido a la patria de la noche. Recuerdo sembrar no compartir, y la cama que es un pozo profundo y la desafección sin besos y el amante que duerme en la habitación de al lado. Las putas ausentes y las teorías, los borrachos de cuna, los inmorales, la estación sin rumbo, la música, los discos, los impulsos... Tengo miedo de alejarme y alojarme (nada crece si no come) esperan de mí la gracia divina el último aplauso. Y yo que cuando escribo bebo, y yo que bebo lo que es mío. Y Cortázar en este verano raro de los virus y las cuestas. Resacas insaciables me acuerdo de vos decía el escritor de la pampa, ruinas y silencios, momentos en el agua, te estoy queriendo tanto, sudas, ríes, desafinas... sé que alguien me dijo "no estás tan roto" y ya no esnifa pegamento para la piel del pobre para los días turbios. Vi una ventana medio abierta en un séptimo piso y pensé que eso éramos nosotros, la luz tenue que no se apaga y el mensaje sin rumbo después de un no me cortes las manos. Y yo con la chica del póster ya he ganado el punto de partida, camino yermo por entre las luces de las vidrieras que atenazan, el techo se hace esponja y te descuido por un rato.


https://www.youtube.com/watch?v=dd2Q-fmdVSY


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