martes, 14 de enero de 2020

FLORES MARCHITAS.




La muerte es un burdo pasatiempo
proyectado sin misericordia
ni remedio.
La soledad, el camino más corto
hacia uno mismo. Esa luz
que viene de frente hacia nosotros.
La piel más próxima será la orilla
de los muertos. Flores marchitas
en los huecos abismales de la lápida,
perfume que otro tiempo fue
juventud y río.
Hoy cavidad irreductible donde
danza la pesadumbre,
la foto de familia sin familia.
He perdido el llanto
-no lo necesito-.
Danzan los devotos en la iglesia
del pueblo. El tren me espera
he de partir de nuevo hacia la vida.
Abrazo la mañana con tu nombre
y gimen los mendigos.
La plaza está desierta, los familiares
vuelven a sus casas.
Envuelto en la ceremonia miro atrás:
si eso es lo que ha quedado de nosotros
quizá será mejor
descansar para siempre.

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