martes, 8 de octubre de 2019

ANGELINA.







Huele la ciudad al extravío de un domingo tarde
con taxis en espera,
ceniceros llenos y promesas vencidas.

Una película infumable de Brad Pitt y Angelina se desborda
entre la patética magulladura
de los cuerpos.

Los levantinistas acuden en masa al estadio, hablamos
de un futuro cojo y caminos y cómo estaremos dentro
de catorce años.

Si seremos algo o solo polvo en el camino.
Si follaremos aquí y allí, trémulos ante el ocaso
de la carne, indispuestos ya
al vacío del mañana.

Si tu cuerpo será mi casa. Tu hogar
un pálpito sin forma.

Desordenada habitación sin vistas,
me apago y me vendo y bajo las escaleras
porque ya agoté tu tiempo.

Huele al garage de tu moto, a clínex y clones
y conversaciones apagadas
y barrancos en la niebla.

La ciudad transita en la frágil armadura
de los trasnochados. Pienso en ellos

estarán comiéndose la tarde enferma
en los afters que ya cerramos
cuando la juventud era un bosque encantado.

Yo sé que te busqué entonces
pero no preguntes dónde.

Solo importa el hoy. La cadencia de
mi cuerpo sobre el tuyo. El último tranvía
de Benimaclet me hará de guía.

Adiós dices entre besos inconscientes. 
Me pongo los cascos y sonrío.

Quizá te vea el miércoles quién sabe.

https://www.youtube.com/watch?v=-qxuL09I4-w

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