SE VERÁ.

Mi cuerpo es agua y amor.
Quizá en aquella orilla me desprendí
de todo lo primero.

Tú te llevaste todos los miedos del mundo
en una balsa en dirección
al faro de Alejandría.

Han pasado los cuerpos como mueren las modas,
se verá en los años, en los viejos poemas,
se verá alejándose hacia una mano muerta

y no le pondrán un nombre,
no avivarán el verbo.

Detrás del hueso, la ceniza,
el hilo de los sueños sujetando épocas,
hombres desmembrados por la pena,
mujeres tristes en el paritorio.

Niños desdentados palpando la teta,
el después es sólo una muleta del tiempo,
el príncipe de las mareas recogiéndose
recibe una oración en el naufragio

-húndete en silencio- dijo

no te destruyas en nosotros.




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