jueves, 16 de octubre de 2014

LA FIERA DE MI NIÑA.




Un invierno dentro de otro invierno
se pelan mútuamente se abren de cuajo
como el viejo poeta insolente de saldo y esquina.


La prostituta sigue cobrando lo mismo,
yo regalaría todo el tiempo que me falta
fuera de tu boca, 

 
quizás así me acostumbrara al silencio,
la partitura de los necios, la sátira desenmascarada,
aplausos para el hombre cínico, 


recuerdas, no ya no lo recuerdas
supuraba el reloj de cuco debajo de tus libros
y una foto amarga que te enmarcaba:


seis por ocho, lastimosa herida
que la amistad retuerce y luego abrevia.


Mírame, no he dejado de sangrar
cuentas pendientes, desolaciones.


En ese blanco y negro la fiera de mi niña,
el ocaso del vértigo. 


Hoy te escribo como un fraude emocional,
un desencanto. 


La multitud dejó de sonreir,
yo ya no espero que me entiendas.


Flores absurdas para tanto estiércol.

2 comentarios:

  1. Buenas noches, soy otra de las que lee lo que escribes, rebusca en el verso, y no comenta nunca. No me gusta el rollo lameculos, ni etcétera, así que voy directa al tema. Lo que quería era que supieras, que hay mucho de tus poemas en mis poemas, muchas de tus líneas dentro de mis líneas. Mucho de todo lo que has escrito es parte ya intríseca de lo que incluso siento, así que gracias, por influir en mi escritura. Me flipa tu poesía y tu rap. Son crema. Saludos :)

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