martes, 2 de diciembre de 2014

EXISTENCIA.



Te quiero para que salgas corriendo detrás de mi pena
y describir ese momento con desidia y sarro.

Fotografías de infancia. Todo en tu rostro es una capa
de vida y muerte,
un ir y venir de horas lentas sobre el viejo péndulo
y las campanas de la iglesia anunciando hambre.

Hoy, envilecido vago sin norte y me precipito
por las grietas de tu memoria.

Dulce pasatiempo por dónde se camina solo
y se acorralan los miedos
y la existencia.

En el sueño primigenio ya te buscaba,
en la lánguida frontera de los pasajes turbios

que ahora escribe alguien por Nosotros

en el escaparate de unos grandes almacenes,
en este nuevo invierno que nos huye.

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