miércoles, 25 de diciembre de 2013

los elegidos






Cuando yo era pequeño
subía en aquel coche dirección al campo
y sonaba una vieja canción de Golpes Bajos.

La vida se fue desfigurando,
o yo me fui desfigurando

y toda la infancia resumida en esos posters,
aquel concierto adolescente,
los primeros canutos, la veleidad
de las cosas, los ídolos.

Cuando yo era pequeño
mi tío me sacaba las cosquillas
y sé que era lo más parecido
a mi en mi no familia.

Cuando murió, no pude despedirme,
no lo arranqué del tiempo,
no le besé la boca. Cuando murió
yo estaba empezando a escribir
y no le escribí nada.

Porque mi tío me decía
que ellos iban a los bares y bebían.

Y aquella canción sonaba rota
pero sonaba ya para nosotros,
para el vacío inmenso.

Hoy Coppini recupera el llanto,
desempolvamos aquel punto muerto,
la insurrección de los elegidos.

Que me sostengan las ganas de hacer música,
que te sobre por siempre,
que te falte en la noche.

Que la vida te ofrezca la raíz y la sangre,
que te escriba sin rumbo,
que te sacie el delirio.

Que el desamparo se esfume del mundo,
que se pudra el hastío,
que se mueran los malos.

Y que mi tío y German hablen

esta noche de sus cosas.

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