martes, 13 de junio de 2023

GODARD





 Ser inmortal. Y después morir. Así atravieso duramente el folio cuando mis pies no saben a dónde ir y ni siquiera yo sé a dónde me dirijo. Cual es el precio a pagar por equivocarse continuamente? Cuantos callejones llenos de culpa y sarro hacen falta? Dónde buscar avituallamiento lejos de la ciudad dormida? Cuándo despiertas de la aberración de vomitarte encima a cada paso? Huyo de mí mismo y me evaporo. Veo un docu de Godard (el enésimo) porque este hombre es como un desfile de momias. "Siempre estaba en otra parte... Y no tanto en nosotros". Le pasa exactamente como a mí. Siempre estoy en otra parte, con mis cosas, mis letras... Y me cuesta bajar a la Tierra. Uno-dos-Uno-dos probándome de nuevo. A tragos. A sorbos. Voy a limpiar la sangre dónde antes escupa porque soy esclavo de la noche y de mí mismo y cuando pida ese Bailys en el Ermitá solo quedará un telón de fondo, una chica triste hablando con el camarero y un viaje de vuelta cruzando el paraíso que es mi ciudad desierta un martes noche. Vagabundeo entre las sombras. Disparo o reculo. Ni ella ya sabe explicarse con palabras. Y mientras te he traído a este texto entre gritos y vísceras. Me he traído de vuelta en el poema inmenso, en las ganas de alejarme. Porque en el fondo un teléfono disecado es un claro entre las nubes, los márgenes de tu conciencia ya están limpios y yo no tengo tiburones dónde bailarte el agua. El temor a sufrir excesos de vanidad contra una dejadez impertinente. Menudo cuento te has montado en Cinemascope. Todo y nada. Vuelta y media. Y yo... Yo ya no tengo el corazón en la boca (no me cabe).

1 comentario:

  1. Hola Charly
    Un placer el haberte hallado Me encantan tus palabras y tu blog amado
    beso desde Miami

    ResponderEliminar