jueves, 15 de octubre de 2015

DILUIRSE.





Cuando ya no me queden fuerzas para escribir
y haya un vacío interminable


y sienta un hueco dentro de mi culpa
entre los trenes que ya no vuelven
y los idiomas muertos.


Cuando pase por debajo de tu casa
y no sepa explicarme
y no me pare ya a regalarte flores,
a preguntar por ti. 


La negación del verbo, lo crudo de aceptar
como es diluirse en tu vientre,
no salir ya en tus versos,
no chocar una copa contigo.


Cuando me niegues en pretérito,
confundamos las formas, valoremos el cuerpo
así intangible a lomos de otro tiempo,
quizá yo ya perdido para siempre


en un profundo bosque de verdades,
en una lluvia de silencios.


Cuando piense otra vez
que habrá un Nosotros limpio,
en una tarde buena, en la ciudad cortada,


descúbreme que llevo los ojos vendados,
que no tienes ganas de nombrarme,
que he de volver con esa humillación


a rastras.

Hazlo rápido para que te entienda,
para soñar con ser partícula,
muerte y sueño,
levedad.


Y así, por fin, escapar del miedo
hacia el beso de la vida


como aquel huracán.


 https://www.youtube.com/watch?v=PRrA_FQtfF4

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