Me he desbordado en lo poético,
en las cosas mundanas y elementales
del ser humano.
Tengo, para desgracia del mundo
una retahíla de vacíos que no llenan
ni mi concupiscencia
ni los diarios.
Cansado de maquillar imposibles,
ha llegado la noche en mi
para quedarse.
Entre las señales de tráfico
y su nombre en vano
ese sacrificio mutuo
protegiéndonos.
La leo en la espesura del camino,
no tiene dudas ni deudas,
ya no recuerda pactos
hoy sólo ríe
alejada del mundo de los vivos,
con mi balada suburbial irrespirable
dónde reafirma su fe
en mi.
Noto los ojos de habitaciones verdes
empujándola al desierto,
clavándola en finales
pero ella sueña en otra línea de frecuencia,
me abandonó en el tiempo,
en el grito del vientre
y ya no pude devolverla.
Grandísimo. Saludos desde México
ResponderEliminar