miércoles, 25 de enero de 2012

EL BAILE DE LOS MANIQUÍES.









Volver
para redimirme en sus ojos,
dejar caer la tarde en sus sombras,
huir del retorno,
contemplar su voz muerta,
su palidez desmembrada
contra tu luz,
abrir
nuevos caminos hacia ti
de su mano,
inquieto, eléctrico,
está desfigurándome el entorno,
me escucha,
me traicionará contigo
a solas,
podrá decir que es nuestro,
llorar
para ser de cartón piedra,
vagamente, a lo lejos
te eligió para siempre,
hoy te ha pedido una caricia
para los tiempos que corren,
reir
en esta noche que vendrá
alejada de aquellos pleitos,
fingir que todo queda estático
en el silencio,
volver a empezar, tocarnos
en un poema hecho de piezas,
pómulos desiertos,
barbillas huérfanas,
sentir que todo está empezando
todavía,
dejarlo en la ventana
a través de las vidrieras del tiempo
viéndome marchar,
vestirlo como me vestiste a mi
una vez, de todo menos
de ti,
correrte
en la boca de los necios,
dejar
que su cuerpo desemboque
por el único vestigio inamovible,
luchar
para sentirnos vivos,
saber que en este baile
estamos invitados.


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