He ido detrás de un amor
como si las vértebras del tiempo
estuvieran abrazándome sin culpas,
como si todo fuera a estar para
nosotros
así tan suave que me daba hasta miedo
perpetrarme en tus párpados,
desalojar tus lágrimas,
volver a dejarme caer por tus ansias.
He ido detrás de un amor
como se entrega el pan al mendigo,
y en ese amor he cuidado de ti,
de tu lado más humano,
te he visto perderte en la noche
callándote todo lo que se quebraba
en el útero de la mujer deshecha,
en la encarnecida respuesta
ante el abismo de la soledad.
He ido a tientas, sin detenerme en los
aplausos,
sin escuchar los pecados de tu boca,
sin claudicar a los salmos de tu
ausencia.
He querido ser una ventana
por dónde se alejan tus miradas,
y sé que cristalizaba la desidia del
mundo
cuando tus versos se hacían lluvia
y sufrías todo el humo del cambio.
Yo, que te querido en las barras más
ingratas,
que te he callado mas de lo que hablo,
que te he visto llorar sin rumbo fijo.
Yo, que he tropezado detrás de ese amor
abandonándome a caer vulgar y triste
en la irremediable cicatriz del sueño.
Yo, por fin sé que al final de esta luz
puedo soportar el yugo,
que existe el silencio, la tregua y el
sentido.
No imaginas el cansancio,
la guerra fría entre el corazón
y el corazón.
No imaginas lo que me cuesta
observarte desde los ojos rotos
del intruso.
Váyase a la mierda usted
y su somos diferentes,
su pestillo en la puerta,
su corazón blindado.
De momento hablamos el mismo idioma,
nos acariciamos con el mismo lenguaje,
gozamos la misma cultura,
estuvimos en el mismo círculo
y permanecemos aquí bajo los mismos
focos.
Aléjese unos pasos y observe
como por detrás alguien está metiendo
estrellas
en cubos de basura,
alguien comete errores.
Si soy como soy, porque existo,
si existo es porque yo sé como siente,
si siente así alguien va a tocarla
pronto,
si la toco por instinto es porque voy
detrás de un amor,
si no alcanzo es porque ayer me
tropezaba.
Hágales el amor que esta vez soy yo
el que recoge su mentira,
su nada para siempre,
su cabayo de Troya.
Léales diez poemas por el medio,
hágase la tonta por encargo,
sométase al juicio de mis lágrimas.
Pero por favor,
no se me adelante en el camino
que detrás de un amor todo va mas lento
y no se aprecia el vértigo.
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