jueves, 12 de agosto de 2021

REGISTRO.

 



Mis ojos te registran 

como si fueran a salvar el mundo.


Aplaco la ira de mis emociones,

contengo el aliento 

y aniquilo al verbo 

ya extasiado hasta el cansancio.


Mi sexo brota libre entre saliva y barro

-calzarse la vida como una perra-

el verano palidece sus costuras

y el agua que se escapa entre las manos

es solo un remordimiento pasajero.


Tengo un amor visceral 

que me sana las culpas. Ella sabe

que el Domingo ha vuelto a desolarme.


Ya todo lo que toco es humo o pólvora.

Ella se queda admirando el cuadro,

envejeciendo un rato,

y hay alarmas insurgentes en el pecho

y santos devorados por sus hijos.


Algún libro gastado me advierte

que mañana todo será ya paz

entre nosotros. Tan solo un poco

de equivocación y desamparo.


El deslunado vecinal me cobija,

-un cuerpo entre sábanas vacías-

los perros se olfatean abajo en la vaguada

el sueño me absorbe

y por fin me desvanezco entre las sombras.

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