lunes, 3 de septiembre de 2018

NEBULOSA.




Al hijo de un Dios no se le tose.

Encuentro mis pulmones desprovistos
de la pequeña propina que es respirar,
mis párpados famélicos, las manos huecas,
soy yugo y alimento soy aroma
a calzada fresca y a pájaros mojados.

Si escupo en tus pies sólo seré barro.
Pero si me detengo en los cielos mustios
de mis ojos a mis pies siento que caigo
del cobertizo al suelo

ya sin ambages, sin detenerme.

Me he transitado durante treinta y nueve años
por los estrechos edificios que asoman
dentro de mi ser. He caminado en círculos

como una peonza dentro de un colegio.
He amado el sustento y la parodia,
he puesto precio a mi conciencia

y mírame
soy todos esos cuerpos y ninguno,
todo se resume en esta cárcel sórdida
que admite un nuevo Septiembre.

Cobijándonos del frío y de la lluvia,
culpándola de todos los cadáveres

que no puedo revivir.


https://www.youtube.com/watch?v=tzqTC_obHmE


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