martes, 12 de julio de 2016

CLOSED.






Yo te miraba con los ojos muertos
y te juro que paraba el tráfico
buscando tu aliento,
tu mano temblorosa.

Yo me descorchaba para ti
en el punto exacto dónde
ya volvíamos de algo,

desconocidos esperando nada,
mi boca en tu pequeño mundo abierto,
tú perdida en una isla,
yo varado por la noche

y en todos los bares te reconocía,
la otra parte de esta extraña pareja,
el humo y los gin-tonics y el segundo triste
dónde te vi volcar toda una pena.

Luego me extravié y nadie me trajo,
no te pedí clemencia,
no te borré las huellas.

Una década después
pueblo con mi semen todo el bosque.

Bebo de tus poemas
como si fueran ríos de lluvia,

te extraño en la tibia madrugada,
escucho tus silencios convertidos en versos,
empiezo a olvidar el camino a casa.

Yo, que te cuidaba en la última luz
de la ciudad,
en la apología de los cuerpos tristes,
en la mitad del huracán que fue mi éxodo.

Con mi alma vertida hacia mí mismo
y todo el amor del mundo derribándome.

Te he querido y bien lo sabes,
a veces pienso en regresar
pero ya no hay dónde,

aquel parque ya no viste nuestras ropas,
los cantantes han callado para siempre
y el hostal sufre sus camas separadas.

Estoy dentro de esos años que no puedo darte,
las piedras en las manos agrietan el cartel
-veinticuatro horas
siete días a la semana-.

Madrid ya es para otros,
el Carmen, un desierto,

y todo lo demás camina en otros rostros,
otras inquietudes, nuevas preguntas,

terrazas de verano dónde llorar fracasos,
dónde cruzar el ártico, renegar del tiempo

y escupirnos a la cara

qué lejos lo tuvimos
siempre.


https://www.youtube.com/watch?v=q1xldoF9Ou8

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