Fuera de mí recorro la ciudad
como un pálpito roto.
La veo caducar en cada recuerdo,
hago que nazca el tiempo al abrir
los ojos
y es una luz tenue que ya no
compartimos,
ya no siento la pertenencia,
cruzo la ciudad y ya es de otro.
Huyo de todo lo invisible,
me detengo en cada semáforo
junto al animal rojizo que me eleva
por encima de la muchedumbre,
de las señales de tráfico y los
hombres
arrinconados en sus míseras vidas.
He estado cerca de tu casa
a miles de kilómetros de mi norte.
Y me ha asustado pensar
que la voraz desidia me atenace,
implacable bestia sedienta
vestida el día de tu boda de
distancia.
Has escrito una ley no escrita,
has volado sobre el cielo abierto,
has sellado cartas sin
correspondencia.
Alguien me ha tragado para siempre
y me engulle hasta la médula del
miedo,
aquella luz turbia en mi cárcel interior,
tu voz al final de la escapada
aquella luz turbia en mi cárcel interior,
tu voz al final de la escapada
hoy grito pero no contestas,
concédeme ese baile de los muertos.
La trampa que nace de la necesidad,
la mano amiga que me sujetaba
entonces.
Lo que ya ni siquiera pudo
sobrevivir
a Nosotros.
https://www.youtube.com/watch?v=qRmM4gPZMyQ
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